¿Cómo disfrutar y exprimir un fin de semana en estos dos enclaves de la zona oriental de Cantabria?
Iniciamos nuestro viaje de viernes a las 14:30 tras cumplir con las obligaciones laborales. No tenemos mucho camino por delante, tan solo 210 km nos separan del hotel reservado en la parte costera de Isla (Playa el Sable) y, el tiempo, tras un pronóstico de lluvia que nos acompañará buena parte del viaje por tierras cántabras, afortunadamente nos da tregua en Isla.
En el siguiente enlace de la página de Turismo Cantabria podremos encontrar la información que consultamos previamente para conocer los puntos de interés dignos de visitar e inmortalizar en nuestros móviles.
Una vez instalados en el hotel restaurante Alfar (totalmente recomendable), hacemos el check-in, y cogemos de nuevo el coche para dirigirnos hasta el pueblo situado a 2.7 km del alojamiento en la parte más elevada de la zona. Teníamos anotados los siguientes puntos de interés del casco histórico de la villa:
Palacio de los Condes de Isla (declarado Bien de Interés Cutural en 1991).
Iglesia de San Julián y Santa Basilisa (declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 2002).
La cena la hicimos en el Bar asador la Huerta, un sitio agradable y con una amplia carta para escoger. Nosotros nos decantamos por unas raciones de patatas con alioli y fritos variados que no pudimos terminar.

Antes de iniciar la ruta, y, dado que llovía bastante, paseamos por Santoña, localizada al pie del monte Buciero e intentamos inmortalizar cada uno de los sitios de interés que llevábamos preparados en espera de que amainase el temporal… cosa que no sucedió hasta ya entrada la tarde.
Monumento a Luis Carrero Blanco.
Iglesia de Santa María de Puerto.
Casa palacio del Marqués de Manzanedo.

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