lunes, 2 de septiembre de 2024

Planazo de un día por Plasencia y el Monasterio de Yuste


Conocido mundialmente por ser la última morada del Emperador Carlos V y situado en un entorno privilegiado de singular belleza, en el extremo occidental de la comarca de La Vera, encontramos el Monasterio de Yuste. A menos de una hora está también Plasencia, luego estamos hablando de dos puntos de visita obligada en la provincia de Cáceres y todo un planazo para un día.


¿Me acompañas a conocerlos?

CONTENIDOS DEL ARTÍCULO

¿Dónde está el Monasterio de Yuste?

Rincones imprescindibles:

📌 Cuacos de Yuste

📌 Monasterio de San Jerónimo de Yuste

📌 Plasencia

Qué ver en los alrededores

¿Dónde está el Monasterio de Yuste?


Rincones imprescindibles

Cuacos de Yuste

Empezamos el día dirigiéndonos al Monasterio de San Jerónimo de Yuste pero antes llegar nos detenemos Cuacos de Yuste ante este monumental grabado, homenaje a Carlos V, obra del escultor mexicano, Carlos Terres.

Monasterio de San Jerónimo de Yuste


La creación del Monasterio de san Jerónimo de Yuste se remonta al último tercio del siglo XIV, cuando los monjes ermitaños Pedro Brañes y Domingo Castellanos se retiraron a vivir a la ermita de San Cristóbal, a las afueras de Plasencia. A comienzos del siglo XV se produce su traslado a este emplazamiento de la Vera extremeña, donde junto a otros eremitas decidieron hacerse monjes jerónimos. Para ello, contaron con el apoyo del infante don Fernando, hijo de Juan I de Castilla, de don Lope de Mendoza, arzobispo de Santiago, y de García Álvarez de Toledo, tercer señor de Oropesa, quienes en 1408 consiguieron del papa Benedicto XIII la bula para levantar un monasterio. La carta de fundación del edificio se firma en junio de 1409 y en ella los monjes se comprometen a prestar obediencia al prior del Monasterio de San Jerónimo de Guisando (Ávila).

A partir de I554, cuando ya estaban prácticamente finalizadas las obras del convento, Carlos V decide pasar en él sus últimos días. La residencia palaciega se proyectó sobre el lado sur de la iglesia y se terminó a principios de 1557, fecha en la que el emperador pudo acomodarse con su reducida corte. Ésta será su morada perpetua hasta su muerte, acaecida el 21 de septiembre de 1558.



El conjunto de San Jerónimo de Yuste se compone de dos ambientes bien diferenciados: el convento y la casa-palacio del emperador. El Convento, formado por la Iglesia, dos claustros — gótico y renacentista—, la Casa de Novicios y la Casa del Obispo, se construye entre principios del siglo XV y mediados del XVI, mientras que la vivienda imperial, con su patio y jardines, entre 1554 y I557.





Plasencia

Y terminamos el día en Plasencia una ciudad co un patrimonio arquitectónico que impresiona pero que con mas 40º de temperatura se hace difícil disfrutar.

Nada más llegar nos encontramos con uno de sus monumentos más representativos, el Acueducto de Plasencia o los Arcos de San Antón. Se se trata de una obra realizada por el arquitecto Juan de Flandes en el siglo XVI.

De él se conservan 55 arcos y su función fue la de sustituir la cañería de barro musulmana que llevaba las aguas desde las sierras de Cabezabellosa y El Torno.

Continuamos por la Torre Lucía que formaba parte de la defensa de la fortaleza y se encuentra junto al lugar que ocupaba el Alcázar. Su nombre hace referencia al fuego que en ella se encendía para guiar a los viajeros que se acercaban a la ciudad y para avisar a la población en caso de peligro.

Es el espacio más representativo y mejor conservado de la muralla medieval, y además, sirve para albergar grandes eventos musicales y culturales al aire libre.


Es el turno ahora de la Plaza Mayor de Plasencia, centro neurálgico de la ciudad y que en sus comienzos incluso funcionó como plaza de toros. Es una plaza porticada alrededor del borde y está situada en el corazón mismo del casco antiguo. 

Domina la plaza el Ayuntamiento y, en la torre principal del edificio conocido por todos como Piacenza, podemos ver al  abuelo de Mayorga, que hace sonar las campanas cada media hora.

Continuamos nuestro paseo hasta la bonita ermita de San Lázaro, un templo que formó parte de un lazareto hasta el siglo XV y de "una casa de pobres", después. 

Dado que el calor empezaba a azotar hasta límites casi insoportables, decidimos volver al casco histórico atravesando la Puerta de Trujillo, también conocida como Cañón de la Salud e ir a ver el plato fuerte de Plasencia, sus dos catedrales.

Plasencia cuenta con dos catedrales solapadas la vieja del siglo XIII y la nueva del siglo XV. Situación curiosa que nos permite observarlas al mismo tiempo. Parece ser que mientras se construía la catedral nueva se decidió no derribar la antigua pero al no concluir las obras, los placentinos tienen la suerte de contar con las dos edificaciones.


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