El arte Prerrománico asturiano, vinculado al reino de Asturias, se desarrolla entre los siglos VIII y X. Heredero de la tradición visigoda e incluso romana, y con influencias del arte mozárabe y carolingio, tiene sus máximos exponentes en la capital del Principado; no en vano, la UNESCO ha declarado a cinco de sus monumentos Patrimonio de la Humanidad.
Esos cinco monumentos son:
- San julián de los Prados
- La Cámara Santa
- La Foncalada
- Santa María del Naranco
- San Miguel de Lillo
San Julián de los Prados
Localizamos esta iglesia en el barrio periférico de Pumarín, a la derecha de la utopista A-6 en dirección a Oviedo.
Esta iglesia, popularmente conocida como Santullano fue mandada construir por el rey Alfonso II entre los años 812 y 842 fuera de la ciudad y formando parte de un conjunto arquitectónico más amplio que incluía un palacio y unas termas. Se dedicó a los mártires Julián y Basilisa, matrimonio que se retiró a la vida monacal.
Su trazado es de planta basilical con tres naves, un transepto y tres pórticos. Debido a la anchura del templo, casi 25 metros, se hizo imposible utilizar la piedra para cubrir las naves por lo que fueron recubiertas con una estructura de madera. Las naves están separadas por arcos de medio punto apoyados en pilares rectangulares.
En las paredes de su interior se puede contemplar el mayor conjunto de pintura mural alto medieval de Europa. Estas pinturas fueron descubiertas en una restauración llevada a cabo a principios del siglo XX al retirar las bóvedas falsas de yeso y el encalado que recubrían el interior.
La Cámara Santa
Se encuentra en el interior de la catedral y fue mandada construir por el rey Alfonso II el Casto en el siglo IX.
Está formada por dos capillas: La Cripta de Santa Leocadia que alberga un panteón con varias tumbas, y la Capilla de San Miguel que custodia tras una robusta reja el Santo Sudario, la Cruz de los Ángeles, la Cruz de la Victoria y la Arqueta de las Ágatas.
La Foncalada
De gran singularidad, se trata de las construcciones prerrománicas mas excepcionales. Fue construida durante el reinado de Alfonso III el Magno. Constituye el único ejemplo de construcción civil con fines de servicio público en la Alta Edad Media.
En el vértice del frontón puede verse la Cruz de la Victoria, característica de Alfonso III y de la que penden las letras griegas alfa y omega. Debajo De la Cruz aparecen dos inscripciones.
La fuente “La Foncalada” de Oviedo, está construida en piedra de sillería y es de planta rectangular, con cubierta a dos aguas. El edificio se compone de tres partes bien diferenciadas, por un lado nos encontramos con un canal que suministraba el agua desde el manantial. Otra parte sería el edículo o templete, con un hueco central, como si de una puerta se tratase y un arco de medio punto que enmarca dicha “puerta” y por último el estanque, cuya función inicial pudo haber sido el baño por inmersión.
En la subida hacia el Monte del Naranco a las afueras de Oviedo nos encontramos, primero, con Santa María del Naranco y tan solo unos metros más arriba que se pueden hacer caminando perfectamente, San Miguel de Lillo.
Antes de llegar está el Centro de Interpretación del Prerrománico Asturiano con unos paneles explicativos que ayudan a contextualizar este arte.
Santa María del Naranco
Ramiro I hizo construir este elegante palacio en el año 848, como residencia suburbana y como tal fue restaurada después de haber sido utilizada como iglesia rural tras el derrumbe de la cabecera y parte de las naves de la cercana iglesia de San Miguel. Está ubicado en la ladera sur del monte Naranco.
Su estructura es perfectamente simétrica y consta de dos plantas bastante alargadas que a su vez están divididas en tres dependencias.
La planta baja recuerda a a capilla inferior de la Cámara Santa por su amplio cuerpo central cubierto de bóveda de cañón con arcos que descansan sobre el suelo. Su función aún no está clara, pudo tratarse de un oratorio palatino o de u na cámara regia donde recibir a la audiencia.
A la planta superior se puede acceder a través de una escalera exterior y presenta una distribución semejante a la de la planta baja. A ambos lados está flanqueada por dos miradores o tribunas estructurados en triple arquería.
San Miguel de Lillo
Fue la Iglesia palatina de Ramiro I erigida a tan solo 100 metros de Santa María del Naranco. En ella se conservaba un trozo de la Santa Cruz, la reliquia más sagrada del tesoro visigodo.
Originariamente tuvo planta basilical de tres naves pero actualmente solo se mantiene una tercera parte del edificio original ya que a principios del siglo XII sufrió un derrumbamiento que acabó con su triple ábside y algunos tramos de la nave.
La decoración escultórica es de gran interés y refleja tanto el influjo bizantino como el oriental.
Y aunque no forma parte del arte Prerrománico, una vez que estamos en el Naranco merece la pena subir hasta la cima a contemplar las fabulosas vistas de Oviedo que nos ofrece este sitio; también veremos de cerca el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús que parece custodiar la ciudad desde lo alto.