lunes, 7 de noviembre de 2022

Por el Parque Nacional del Teide

Hoy toca visitar el mayor y más antiguo de los Parques canarios, el Teide. Con un paisaje espectacular, se trata de un monumento geológico rico en colores y formas extraordinariamente trazado por sus cientos de conos volcánicos, cuevas  y coladas de lava. A ello hay que añadir la riqueza de su fauna y flora que agrupa gran cantidad de endemismos canarios y especies exclusivas del parque.

Situado en el centro de la isla, a una altitud media de 2.000 metros, el Teide es el pico más alto de España, con 3.718 metros. A 2.356 metros de altitud se encuentra la estación base del teleférico que en tan solo 8 minutos nos llevará hasta la estación superior a 3.556 metros.

Tras dos intentos fallidos de tomar el teleférico, una por viento y otra por falta de entradas, en esta ocasión hemos adquirido los tickets con bastante antelación en su página web y hubo mejor suerte. 

Para visitar el Teide existen tres puntos de referencia:

  1. Estación base del teleférico donde estacionamos el vehículo. 
  1. La Rambleta es el punto de llegada del teleférico y desde el que salen 2 senderos que es posible recorrer sin permiso y que no pueden exceder de la hora de estancia que autorizan.
  1. Pico del Teide, ruta que parte de La Rambleta y que en unos 40 minutos aproximadamente te lleva hasta el techo de España. Si el día está despejado es posible ver Gran Canaria, La Palma, El Hierro y La Gomera. Disfrutar de esta experiencia precisa de un permiso especial que puede solicitarse en la web www.reservasparquesnacionales.es.


 

Nada más bajar del teleférico nos encontramos con el Mirador de la Rambleta que nos muestra  las vistas de Siete Cañadas y el Valle de Ucanca. Desde aquí uno se puede imaginar cómo era de grande el antiguo volcán que coronaba la isla hace 150.000 años cuando el Teide aún no había emergido de las entrañas de la Tierra.

Se abren ante nosotros los restos de un gran volcán que se deslizó hacia la costa norte empujado por su propio peso en apenas unos minutos, es el conocido como edificio Cañadas. Sucesivas erupciones volcánicas en el enorme socavón que dejó el gran deslizamiento levantaron  el Teide.

Tras la contemplación de este paisaje, nos dirigimos a nuestra izquierda presionados un poco por la hora de permanencia  que autorizan para visitar el lugar. Es el sendero de La Fortaleza.

Mirador de la Fortaleza (sendero 11) 

Este camino de 0,4 km y por el que se accede al Mirador de la Fortaleza domina la parte norte del Parque Nacional y de la isla.


Con el cono del Teide a nuestra izquierda, podemos contemplar, a la derecha, las limpias y brillantes laderas de Montaña Blanca además de la negra colada por la que sube la ruta 7 que pasa por el Refugio de Altavista. 



Una vez en el Mirador, podemos admirar toda la vertiente norte de la Isla de Tenerife en las que destaca el valle de la Orotava en el centro y el Puerto de la Cruz a orillas del océano y el largo cordal del Monte de la esperanza que se pierde en el Mazizo de Anaga.


Llaman la atención los pequeños puntitos blancos de las cúpulas del Observatorio Astrofísico del Teide, juanto al Observatorio Atmosférico de Izaña. Pero sobretodo en primer término destacan los riscos de La Fortaleza 

El rojizo crestón de los Riscos de La Fortaleza formados por la acumulación de lavas fonolítivas muy viscosas, nos marcarán los límites del extenso pinar de La Orotava, pasando del verdor de sus copas al azul intenso del Océano Atlántico.

Mirador de Pico Viejo (sendero 12) 


Este camino acondicionado que parte de La Rambleta llega hasta el Mirador de Pico Viejo. Desde aquí se puede disfrutar de una impresionante vista del cráter de Pico Viejo de 800 metros de diámetro.



De poca dificultad y con un recorrido de 0.7 km, en días despejados podremos ver las islas de La Gomera y El Hierro.

Partimos rumbo norte y en dirección contraria al Mirador del Pico Viejo. A lo largo del sendero podremos disfrutar de una vista complementaria de la majestuosa Caldera de las Cañadas.


Nada más empezar se aprecia un promontorio de color blanquecino que se alarga a la izquierda del camino. Se trata de los restos del antiguo cráter que existía antes de la erupción culminante del Teide. Esta elevación está alterada debido a las emanaciones calientes, sulfurosas y de vapor de agua que nos iremos encontrando a lo largo del camino.

Llegados a la primera curva del sendero tendremos que pararnos a inmortalizar las fumarolas del suelo con eflorescencias blancas y amarillas.

Una vez en el Mirador, se aprecia la colada de Lavas Negras, correspondiente a la última erupción ocurrida dentro del actual parque: las Narices del Teide en 1798. Hacia el oeste se ve también El Chinyero, última erupción volcánica de Tenerife (1909).




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