lunes, 7 de noviembre de 2022

Una vuelta por la leprosería de Abades, en Tenerife


 En el municipio de Arico, entre el pueblo de Abades y la Punta de Abona encontramos un conjunto de aproximadamente 40 edificaciones que forman una especie de poblado fantasma deshabitado y en completo estado de abandono. El más alto, coronado con una cruz, los lugareños lo conocen como la ermita y es la antesala de la antigua leprosería de Arico que guarda una interesante historia. 

Los inicios 

Tenemos que remontarnos al siglo pasado cuando poco después de finalizada la Guerra Civil, Tenerife tiene que afrontar sanitariamente uno de los problemas más graves que asola a sus habitantes: la lepra. 

En la década de los años 70 Tenerife fue la provincia española con más casos de lepra diagnosticada.

Con la creencia extendida de que el único remedio para esta enfermedad era el aislamiento en una zona con condiciones climáticas favorables, se encarga el proyecto de la leprosería en el año 1941 al arquitecto José Enrique Marrero Regalado. Este es también autor del Mercado de Nuestra Señora de África, el edificio del Cabildo, la Casa Cuna, el Cine Víctor en Santa Cruz y la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, además de ejercer como fiscal de Vivienda.

El recinto

Parece ser que el proyecto inicial contemplaba varias estancias para poder separar a sanos y enfermos por sexos; sin embargo, no fue llevado a la práctica como se había ideado. Las obras se iniciaron siguiendo un estilo neo-canario de aspecto recargado y monumental, destacando la enorme cruz de hormigón de la iglesia. 


Con la incipiente aparición de los primeros medicamentos contra la lepra y el cambio de mentalidad que consideraba que los enfermos estarían mejor en sus casas, la construcción del conjunto nunca llegó a culminar y la prometedora obra de la leprosería de Arico jamás acogió a ningún enfermo. Comienza entonces un progresivo deterioro como consecuencia del abandono al que fue sometido.

Uso de las instalaciones

En los años 70 los titulados de la Escuela de Magisterio realizaban allí los obligados campamentos de Falange aunque la utilización más conocida es la de acantonamiento militar para prácticas de tiro. Los militares se instalaron en los edificios mejor conservados y que iban a ser destinados a los no enfermos. Tras la desmilitarización aún pueden verse restos de alambradas, casquillos o pintadas de tipo militar.







En el año 2002 el promotor italiano Alberto Giacomini adquiere el terreno con la intención de levantar un importante complejo turístico que la ley de Moratoria Turística paralizaría dando al traste con la esperanza de futuro que habían puesto tanto el alcalde de Arico, Eladio Morales, como el empresario.

¿Cómo llegar?

Por la autopista del Sur de Tenerife o TF-1 tomamos la salida 42 que nos lleva a Abades. Estacionamos el vehículo en la Plaza Nuestra Señora de la Candelaria y, desde allí, ya divisamos los edificios por lo que únicamente tenemos que dirigirnos hasta allí a través de una especie de pista.

Vídeo del lugar


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