Solo dos años necesitó Antoni Gaudí para culminar esta magnífica obra en la que plasmó como nadie la esencia de una de sus frases más icónicas: "todo está escrito en el gran libro de la naturaleza".
En la ciudad cántabra de Comillas, en el siglo XIX y dentro de un incipiente movimiento artístico al que se denominó Modernismo, el indiano Máximo Díaz de Quijano y Gaudí unen sus caminos en un proyecto común: construir la villa en la que asentar raíces tras regresar de América. El genial arquitecto estudiando en profundidad los espacios, los usos y el clima del lugar debía integrar en un espacio único el poderío económico, origen y aficiones de su propietario.
¿Quieres saber más?
¡Te lo cuento!
¿Quién fue Máximo Díaz de Quijano?
Para poder entender los secretos de esta casa es necesario ponernos en la piel del señor Quijano, su primer propietario. Este santanderino, abogado de profesión, se hizo cargo en Cuba de los asuntos legales de Antonio López y López, I Marqués de Comillas a quien también le unían lazos familiares.
Este joven burgués de grandes inquietudes intelectuales también destacó por ser un excelente pianista y compositor, gran amante de la botánica y los adornos exóticos, además de haber entrado en contacto con el mundo del periodismo y la política.
Todas estas cualidades las vamos descubriendo conforme ahondamos en las estancias de esta casa de 720 metros cuadrados repartidos en tres plantas.
💡¿Sabías que...?
El Capricho de Gaudí era considerado pequeño en comparación con otras viviendas indianas de la época. Esto se debe a que el arquitecto la diseñó únicamente para Máximo Díaz de Quijano, lo que nos da a entender que era soltero.
¿Dónde se encuentra el Capricho de Gaudí?
En Comillas, a unos 60 kilómetros de Santander, en el Barrio de Sobrellano, se encuentra el Capricho. El lugar no dispone de parking propio pero sí encontraremos donde estacionar bordeando la manzana por la CA-135, en la calle del Marqués de Comillas.
Horario
Debes saber que según la época del año en que decidas visitar el Capricho, los horarios cambian.
- Meses de enero y febrero:
De lunes a domingos, de 10:30 a 17:30 h.
Cerrado los días 1 y 6 de enero. - Meses de marzo, abril, mayo y junio:
De lunes a domingos, de 10:30 a 19:00 h. - Mes de julio, agosto y septiembre:
De lunes a domingos, de 10:30 a 21:00 h. - Mes de octubre:
De lunes a domingos, de 10:30 a 19:00 h. - Meses noviembre y diciembre:
De lunes a domingos, de 10:30 a 17:30 h.
Cerrado los días 24, 25 y 31 de diciembre.
Entradas
Existen varias modalidades de entrada según la preferencias de tu visita:
- Entrada + Visita guiada
Dede 7 € - Entrada flexible + Visita libre
10 € - Entrada + Visita libre
7 € - Visita en familia + Actividad
10 € - Entrada + Tour Comillas
15 € - Entrada flexible + Visita guiada
15 €
Un paseo por los secretos del Capricho de Gaudí
Con el Capricho llegó la Modernidad
Una pequeña senda nos conduce hasta la vivienda conocida en sus orígenes con el nombre de "Villa Quijano". Antes de adentrarnos en ella, sabemos que dos son los claros protagonistas de la estampa que se muestra ante nosotros. Por un lado, Gaudí, el artífice de este palacete y, del otro, Máximo Díaz de Quijano, el promotor y propietario del conjunto.
Nos disponemos a descubrir los secretos más ocultos y curiosidades que a simple vista seríamos capaces de percibir, al tiempo que nos ayudará a conocer y entender mejor la obra de Gaudí.
La fachada principal
Nos detenemos justo delante de la entrada principal del Capricho intentando retener cada uno de los detalles de esta construcción que fue levantada entre los años 1883 y 1885, cuando Gaudí contaba tan solo con 30 años.
La torre está inspirada en los alminares persas; el ladrillo visto y la cerámica vidriada es propia de la arquitectura hispanoárabe y, las columnas del pórtico de entrada, nos evocan el arte grecorromano...Se trata de un intento de Gaudí de superar el neogótico tan sw mod en aquélla época.
El Jardín de la Herradura
Aunque se sabe que Gaudí fue un gran paisajista, solo se conservan tres jardines para admirar. Uno es el que tenemos delante, el Jardín de la Herradura y, los otros dos son, Can Artigas y el Park Güel.
Paseamos por las distintas sendas estratégicamente abiertas a distintos niveles y que cumplen a la perfección su objetivo: ofrecernos la mejor de las visiones del Capricho.
En este jardín con forma de herradura se han conservado casi todos sus elementos originales, como los taludes artificiales que resuelven las irregularidades del terreno y son capaces de conseguir un espacio con aspecto muy natural.
Nos rodean laureles, cipreses, tejos, avellanos... Un rico catálogo de verdes y amplio abanico cromático dignos de la paleta del mejor impresionista.
💡¿Sabías que...?
El jardín tiene forma de herradura para facilitar que los carruajes pudieran dar la vuelta.
¿Genio o loco?
El día en que Gaudí se graduó en Barcelona, parece ser que el director de la Escuela de Arquitectura exclamó: "No sé si estamos ante un genio o ante un loco, el tiempo lo dirá".
En esta figura, Gaudí aparece haciendo algo muy habitual en él: observar. De joven, mientras se recuperaba de una larga enfermedad, dedicó gran parte de su tiempo a contemplar la naturaleza.
En este punto, frente a nosotros se encuentra el invernadero, uno de los elementos más bonitos y funcionales de la casa.
El invernadero
Nada más entrar en la casa nos encontramos con uno de los rincones mas especiales, un invernadero repleto de plantas que en su día le harían recordar a Máximo la exuberancia vegetal de las latitudes tropicales en las que amasaron su fortuna.
💡¿Sabías que...?
La función del invernadero era la de ejercer de termorregulador. Al estar orientado al sur y protegido de los vientos del norte por el resto del edificio, los rayos de sol del invierno cántabro serían retenidos en él. Después, el aire caliente generado se distribuiría por el resto de las estancias que aparecen conectadas entre sí.
La habitación principal
Al este de la estancia, aprovechando el punto cardinal por el que sale el sol, nos encontramos con la habitación de Máximo. Contemplar el amanecer y disfrutar de los primeros rayos desde la terraza o en la torre con vistas al mar, es un privilegio del que este indiano hubiera podido disfrutar si la enfermedad no se hubiera cruzado en su camino.
💡¿Sabías que...?
Máximo Díaz de Quijano solo pudo disfrutar de su "Capricho" 7 días antes de morir ya que regresó enfermo de América.
Al levantar la vista, nos sorprende un extraordinario techo de mocárabes del que cuelgan 88 piezas metálicas. ¡Qué casualidad! el piano se compone también de 88 piezas... Está claro que a Gaudí no se le escapaba ningún detalle.
La Sala del baño
Siguiendo con nuestro recorrido, llegamos hasta la Sala de Baño, todo un lujo que solo podían permitirse algunas personas adineradas por aquel entonces.
En esta estancia podemos apreciar el lujo indiano de su propietario en los materiales elegidos por Gaudí: mármol blanco italiano y la pintora o madera tropical que vemos en el artesonado del techo.
Las coloridas vidrieras
Si llaman la atención los techos de esta casa al ser todos diferentes y elaborados con maderas nobles, las vidrieras policrómalas tampoco se quedan atrás. De nuevo Gaudí le hace un guiño a Máximo llamando en ellas un mirlo posado sobre un órgano o una abeja que sostiene una guitarra...¡Toda una metáfora musical!
El estudio de Máximo
Conectado con el invernadero se sitúa el que estaba destinado a ser el lugar de trabajo de Máximo.
💡¿Sabías que...?
Las ventanas del estudio son ventanas dobles, un recurso muy innovador en aquella época y que Gaudí únicamente utiliza en las estancias orientadas al norte.
La sala de baile
En esta sala de techo alto y semi abovedado, la acústica es ideal para desarrollar la vida social en las intensas veladas burguesas. En ellas, el mismo Máximo del que ya hemos dicho que le gustaba componer, podría ser el claro protagonista interpretando sus propias creaciones.
Las ventanas están dotadas de un sistema de poleas y contrapesos que actúan como campanillas timbradas de manera que al abrirlas o cerrarlas, emiten un tintineo como si de un carillón se tratase.
Desde esta sala también podemos ver la extraordinaria forja de hierro que dan forma a unos originales balcones-asientos desde donde se podía contemplar desde el exterior los que transcurría en las veladas.
Los desvanes
En este espacio situado en la planta superior del edificio habitaba el servicio doméstico. Se trata de un espacio diáfano de gran luminosidad que consigue el particular envigado de madera de roble, con estructura de tijera.
Las habitaciones del servicio se conectaban con la planta baja a través de las escaleras de caracol, un elemento muy habitual en Gaudí y que además evitaban que los empleados tuvieran que pasar por las estancias de la zona principal.
La fachada principal
Antes de llegar al
0 comments:
Publicar un comentario