En Jaén, al pie de Sierra Morena, dentro del entorno del Parque Natural de la Sierra de Andújar se encuentra Baños de la Encina.
Su núcleo urbano, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969, hay que recorrerlo caminando, sin prisa, deleitándonos con cada uno de sus bonitos y armoniosos rincones y una vez en él, entenderemos el porqué de tantos y merecidos reconociminentos al que hay que sumar el de ser uno del Pueblos más Bonitos de España.
Rincones bonitos de Baños de la Encina
Sierra de Andújar
Las colinas de encina surgen hasta donde alcanza a ver la vista en la Sierra de Andújar. Al descender aparece un terreno más accidentado que es el espacio que ocupa el carbón pizarroso, tesoro de los filones metalíferos y antiguo sustento de esta región. En su contacto con el Valle del Guadalquivir desemboca en islotes de arenisca que tradicionalmente eran empleados en las construcciones monumentales de los pueblos del Parque Natural.
Castillo de Burgalimar
Fue el califa Alhakén, hijo del rey Abserramán III quien mandó construir el castillo según se deduce de la transcripción de una lápida fundacional depositada en el Museo Arqueológico Nacional.
Según las crónicas de la época, el califa ordenó levantar varios recintos fortificados de idénticas características a lo largo de todo el camino que conducía de Sierra Morena hacia Córdoba, con el fin de alojar a sus tropas. Estas, esencialmente compuestas por mercenarios magrebíes, se dirigían hacia el Castillo de Gormaz, en Soria, para llevar a cabo incursiones militares contra los reinos cristianos.
Los materiales de construcción son bastante elementales. La materia prima es una mezcla denominada tapial, similar al adobe, que está hecha a base de arcilla, arena, cal y piedra cruda, con la que se confeccionaron los ladrillos que finalmente irán superpuestos unos sobre otros.
La cal garantiza la robustez del edificio. Esta técnica responde a la necesidad básica de levantar con rapidez las fortificaciones, y explica el color específico del recinto, que oscila entre el pardo y el rojo. Sólo la torre del homenaje, más tardía, se construyó con otros métodos, siendo edificada en piedra con un estilo que se asemeja más al de las fortificaciones góticas.
Arco de los Benalúa
Tras visitar el castillo atravesamos esta portada, que en su día daba acceso al patio principal de una de las caserías aceiteras del valle Conde de Benalúa. Estas caserías, durante los siglos XVII y XVIII, fueron protagonistas de la introducción extensiva e industrial del cultivo del olivar en la campiña de Baños de la Encina.
Iglesia de San Mateo
Aunque su cuerpo principal es gótico, la torre campanario que flanquea la entrada principal tiene acabados renacentistas, que algunos autores relacionan con Andrés de Vandelvira. A este momento artístico pertenece también la portada principal, o del Perdón.
Casona de los Molina de la Cerda
Ermita del Cristo del Llano
La Ermita del Cristo del Llano fue construida a finales del siglo XVII en la parte alta del pueblo sobre un antiguo descansadero de ganado. El edificio cuenta con una planta de cruz latina decorada con pinturas representativas del Evangelio.
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