El camino de los prodigios es una ruta circular de unos 11 km. aproximadamente con sorprendentes obras de arte en la naturaleza que transcurre en plena Sierra de Francia entre Miranda del Castañar y Villanueva del Conde.
La ruta puede hacerse en cualquiera de las dos direcciones pero nosotros al estar alojados en Miranda del Castañar, partimos de aquí.
El camino, perfectamente señalizado y de dificultad baja (tiene pendientes bastante prolongadas), cuenta con el añadido de albergar piezas de artistas que hacen más ameno el paseo. La primera de esas sorpresas es una de las diez camas que Alfredo Omaña ha distribuido por todo el itinerario y que la naturaleza ha ido transformando con el paso del tiempo.
Tras atravesar el pequeño puente que cruza el arroyo de San Benito, habrá que tomar el camino de la derecha para emprender la subida a Villanueva del Conde. Antes de llegar a la bonita localidad serrana —declarada villa en el siglo XVIII “de por sí y sobre sí”— hay tiempo para disfrutar de las sorpresas artísticas de Félix Curto, algunas de ellas semiocultas entre las hojas y el musgo.
El esfuerzo de la subida, exigente en algunos tramos, se compensa con la llegada a Villanueva, que ha sabido conservar una singular estructura urbana en la que destacan sus famosos “huertitos”.
El encargado, en este caso, de dar la bienvenida es el artista local, Marcos Rodríguez, con sus esculturas en forma de peces. Villanueva es un buen lugar para tomar un descanso y descubrir también las intervenciones de Pablo S. Herrero, que ha “maquillado” con sus pinturas de árboles dos de los edificios más singulares del municipio.
Tras recorrer sus calles es hora de emprender el camino de vuelta a Miranda (la mayor parte del terreno es bajada o llano) para acceder de nuevo a la localidad serrana por la bonita ermita de la Virgen de la Cuesta.
Fuente: La Gaceta de Salamanca
Folletos del Portal de Turismo de la Sierra de Francia:
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