Qué ver y hacer en la Sierra de Francia en un fin de semana

 

¿Por qué elegí la Sierra de Francia para pasar un fin de semana? 

Por varias razones: La primera es que cuando la oí nombrar pensé que se estaban refiriendo al país francés y cuál no sería mi sorpresa al descubrir que está en España. La segunda, que se encuentra a una distancia prudente en coche de nuestra localidad, poco más de 400 km, y, la tercera, porque al buscar información me sedujo cada vez más  la idea de visitar el lugar. Por supuesto que no nos defraudó.

¿Por dónde empezar? A mí me gusta siempre consultar la página oficial, si la hay, y en este caso me apareció enseguida en el campo de búsquea del explorador.

Después, decidimos dónde alojarnos para organizar nuestras rutas y visitas partiendo de ese punto. Encontramos una estancia a nuestro gusto en la Posada Miranda, en la villa de Miranda del Castañar. 

 

Y, por último, seleccionamos los pueblos y centros de interés que visitar en cada uno de ellos.

Llegamos a Miranda del Castañar alrededor de las 7:00 de la tarde y, tras hacer el check-in y descargar el equipaje,  regresamos al coche para aparcar a la entrada del pueblo en la plaza de los Toros junto al castillo. Había algunos vehículos por las orillas de las estrechísimas calles pero dedujimos que serían de lugareños ya que no está permitido estacionar dentro del casco urbano.

Se trata de un lugar tranquilo. En la oficia de turismo nos trataron muy bien y nos dieron folletos de toda la Sierra de Francia.

El sábado por la mañana emprendimos marcha hacia El Camino de los Prodigios, una ruta circular entre Miranda del Castañar y Villanueva del Conde con sorprendentes obras de arte en la naturaleza.

Una vez finalizada la caminata de 11 km., comimos en el mismo pueblo para reponer fuerzas en un restaurante de la Av. Constitución.

Por la tarde, tiempo para visitar el resto de las localidades Patrimonio histórico de la Sierra de Francia: Mogarraz, La Alberca, S. Martín del Castañar y Sequeros. Habría que añadir Villanueva del Conde pero esta la recorrimos durante la ruta.

 Regresamos con el tiempo justo para cenar a las 9:00 (teníamos mesa reservada en la Posada de Miranda).

El domingo por la mañana emprendemos el regreso a casa pero pasando por Ledesma y circulando por alguna que otra solitaria carretera... y eso que siempre digo que no volveré a hacer caso del GPS.

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