Aunque esta ruta es especialmente recomendable a finales de abril o principios de mayo cuando florece el geranio canario, el mes de septiembre nos deja también unas vistas deslumbrantes de enormes hayas y brezos así como de abundante vegetación y ramaje que decoran esta zona del Parque.
El nombre de la ruta proviene del cres o fruta del haya que formaba parte de la alimentación de los antiguos gomeros y, posteriormente, de los campesinos más humildes.
En el fondo del barranco abundan los helechos y empiezan a asomar algunos laureles jóvenes cuyo crecimiento se ve favorecido gracias a la humedad.
La ruta se encuentra bien señalizada y, al principio de la misma, en la GM-2, se puede dejar el coche aunque tan solo hay espacio para estacionar 3 ó 4 vehículos.
Llama la atención que se trata de una ruta autoguiada con paneles indicadores para realizar paradas interpretativas pero luego falla la conexión en la mayoría de los tramos por lo que resulta misión imposible acceder a ella.
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