Desfiladero de las Xanas y Senda de Valdolayés

 Un poco de información

Para llegar hasta los orígenes de este desfiladero tenemos que remontarnos a la época Paleozoica, a un período que transcurre hace la friolera de 400 a 300 millones de años.

A principios de los años 30, a base de pico y barrena para abrir camino entre las paredes de esta compleja estructura de caliza, pizarras y areniscas ferruginosas, da comienzo la construcción de una carretera con la finalidad de comunicar las poblaciones de Pedroveya, La Rebollada y Dosango. Sin embargo, este proyecto no llegó a culminar quedando reducido a una estrecha senda.

Esta imponente garganta fluvial de más de 2 km de longitud ha sido excavada en la roca durante milenios por un arroyo saltarín, el Viescas. En sus cortados rocosos crecen tejos, encinas y madroños, mientras que las zonas de menor pendiente aparecen cubiertas de bosques mixtos de avellanos, tilos, fresnos, arces y robles.

Con todo lo dicho, no es este un mal sitio para que las xanas campen a sus anchas y es que estos personajes de la Mitología Asturiana a los que les gusta salir en la noche de San Juan  para romper su encantamiento gustan de habitar en cuevas, fuentes y riberas de los ríos.

Puntos de interés

Durante el recorrido no te puedes perder:

Los molinos

El molín de las Xanas en los aledaños del área recreativa y estacionamiento de la ruta.

Ruinas del molino de Secundino 

Este viejo molino de accionamiento hidráulico, aún conserva las piedras de moler y parte del canal que desviaba el agua del arroyo para conducirlo hasta la instalación.

La mina abandonada que en su momento se dedicaba a la extracción de hierro.

Los saltos de agua

Iglesia de San Antonio de Pedroveya y su centenario tejo

Esta iglesia está situada en lo alto de una loma a 580 m. de altitud. Fue construida en el siglo XVIII y restaurada entre 1991 y 1997. Los vecinos de Pedroveya tienen que recorrer medio kilómetro para llegar hasta ella. El costado occidental del templo alberga un pequeño cementerio. 

A este templo acudía  a rezar a San Antonio, Fray Melchor de Quirós, el único santo asturiano.

Pedroveya

Dosango

La ruta

Para no regresar por el mismo camino y disfrutar al máximo del conjunto paisajístico que nos ofrece este paraje, tomaremos la ruta de Valdolayés convirtiendo así la caminata en una ruta circular.

Desfiladero de las Xanas

Tras dejar estacionado el coche en el Área Recreativa del Molín de las Xanas, junto a Villanueva, partimos a coger el inicio del sendero que se sitúa unos metros más arriba a la derecha de la carretera.

Enseguida el sendero comienza a ganar altura dejando a nuestro paso unas bonitas vistas de Villanueva y de esta parte del valle del río Trubia.

Pronto atravesamos un pequeño túnel que nos anuncia el primer tramo del cañón de verticales paredes grises.

Continuamos avanzando y nos encontramos con una parte del recorrido donde el piso ha sido reforzado con  una pequeña pasarela de madera protegida con una barandilla que nos permite asomarnos sin riesgo. A nuestra izquierda, ancladas a la pared unas gruesas sogas a modo de pasamanos ofrecen un punto de sujeción  a todos aquellos que sufran mal de alturas.

Seguimos ascendiendo por el cañón alcanzando su parte más angosta hasta atravesar el segundo túnel que unos metros después da paso a un camino menos pedregoso y un bosque de ribera con castaños, hayas, robles y helechos.

En algunos puntos el camino se ensancha un poco y tras una pequeña subida, llegamos a la boca de una mina de hierro abandonada. Poco después cruzaremos el arroyo por un puente de madera y en unos cientos de metros alcanzaremos las ruinas de un molino, en las que aún podremos ver las piedras de moler y parte del canal que llevaba el agua hasta él para hacerlo funcionar.

A los pocos minutos de rebasar el molino, llegaremos a un pequeño cruce, en el que nuestro sendero gira hacia la derecha y comienza un largo ascenso, salvando el desnivel gracias a varios tramos de escalones tallados en la tierra y apuntalados con travesaños de madera. Al terminar la subida nos espera una pista cementada, en la que debemos girar a la izquierda. Bajaremos hasta cruzar el cauce del arroyo de la Boya por un puente, para luego comenzar a subir de nuevo.

La pista nos llevará hasta la iglesia de San Antonio, junto a la que destaca un magnífico ejemplar de tejo centenario. Rodeada de verdes prados y vigilada por las cimas colindantes, esta iglesia marca el final de la ruta del desfiladero de las Xanas.

Senda de Valdolayés

Desde la ermita de san Antonio podemos contemplar la bonita estampa que nos deja la visión de Pedroveya.

Tomamos rumbo a esa localidad y, a su paso, disfrutaremos de la cuidada arquitectura tradicional e iniciaremos a continuación el regreso por un valle paralelo al desfiladero de las Xanas.

A la salida del pueblo cogemos un camino hormigueado que conduce hasta la vecina localidad de Dosango tras vadear el arroyo Viescas en una espesa Umbría. La subida al pueblo es un duro repecho que va descubriendo una magnífica panorámica de prados, bosques y peñas que se extiende a los pies de la muralla que representa la sierra del Aramo.

En la parte alta de Dosango salimos a una carretera local que comunica con Tenebreo y Llavares. Por ella avanzamos unos cientos de metros, salvando un pequeño collado al pie del monte Los Navalones.

Enseguida dejamos el asfalto por la izquierda para desviarnos por un camino que se lanza a un rápido y directo descenso por la vaguada de Valdolayés, que se abre como un canal entre la Peña del Rey y el montículo de Los Navallegos. En esta zona existe un comedero de buitres que explica la frecuencia con la que estas grandes aves carroñeras sobrevuelan el entorno.

La pendiente se atenua en la parte final de la bajada al tiempo que el camino describe un zip-zag antes de contactar con la carretera de las Xanas a Tenebreo, al lado de un área de descanso. Desde allí regresaremos al punto de partida aprovechando una acera peatonal que corre en paralelo a la calzada.

Vídeo de la ruta

Track de la ruta

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