En la margen derecha del río Landro, en la parroquia de Chavín, se encuentra este pequeño paraje natural conocido como el eucaliptal de Chavín. Fue entre los años 1880 y 1912 cuando se plantaron los eucaliptos con el fin de procurar el drenaje de los terrenos bajos que los arroyos del Landro habían encharcado.
Un poco de información
El río Landro es el gran sustento del Souto pues los árboles que pueblan este bosque se alimentan de sus aguas que además sirven de hábitat para numerosas especies.
En este río es posible observar peces como la trucha, el salmón o el reo. Pero, sin embargo, si hay una especie que destaca por su presencia en sus aguas es el mejillón de río que desafortunadamente se encuentra dentro del Catálogo gallego de especies amenazadas.
Por esta zona encontraremos, además de los eucaliptos gigantes y de pies que recuerdan a las patas de los elefantes, otras especies típicas de la fraga atlántica, tales como laureles, arces, alisos, robles...
Muchos de los ejemplares superan los 80 metros de altura y los 10 metros de perímetro motivo por el que ha sido declarado Monumento Natural y Espacio Natural Protegido. O Avó, El Abuelo, es el eucalipto más anciano del lugar además de ser considerado el más grande de España. Actualmente se encuentra cercado por un vallado perimetral que le proteja de las pisadas indiscretas de aquellos visitantes ansiosos de abrazarle, ya que, debido a su edad, está muy afectado por diversas enfermedades y es preciso evitar la compactación del terreno en su entorno.
En el año 2010 fue premiado como Árbol de año por la organización Bosques sin Fronteras y la Fundación Biodiversidad.
Cómo llegar
Una forma inefable de encontrar el lugar sin rodeos es poniendo en el buscador del GPS “aparcadoiro Souto da Retorta”.
La ruta
Se trata de un corto y sencillo recorrido guiado y, por tanto, sin posibilidad alguna de pérdida. Recorreremos el sendero paralelos a un canal de agua hasta llegar a una bifurcación en la que tomaremos el camino de la derecha para regresar por el de la izquierda.
Andaremos entre enormes eucaliptos aunque ninguno de ellos puede compararse al impresionante y majestuoso Avó que reina en su recinto vallado protegido de los abrazos impulsivos de la gran afluencia de visitantes.
En una parte del sendero, unas escaleras nos conducen hasta la misma ribera del río.
El paseo finaliza junto a una pequeña presa en el río que alimentaba a una antigua central hidroeléctrica.
Puesto que se trata de una ruta lineal, toca regresar por el mismo camino.
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