Fue Tutmosis I, el tercer faraón de la dinastía XVIII quien alrededor del 1500 a. C. ordena al arquitecto real Inani la construcción de su tumba en el mayor de los secretos. La elección del lugar no fue arbitraria, se hace en una tórrida garganta de la montaña tebana orientada al Oeste donde muere el sol y por donde los egipcios entran al reino de los muertos, es el Valle de los Reyes.
El hecho de enterrar juntos a todos los faraones era una garantía de seguridad ya que se podía mantener en la zona una guarnición encargada de vigilar las tumbas reales. Se trata de la fase más espectacular de la arquitectura funeraria egipcia que alberga las tumbas faraónicas de Tutankamón o Ramsés IV, entre otras.
A 1.5 kilómetros, reservado en un principio a los príncipes, reinas y a sus educadores, se encuentra el Valle de las Reinas. En esta necrópolis se excavaron por lo menos 80 tumbas de las XIX y XX dinastías. La primera gran esposa real admitida en ella se llamaba Sat-Ra, madre de Seti y esposa de Ramsés I.
Las tumbas de los grandes dignatarios se reúnen en el llamado Valle de los Nobles de mayor simpleza arquitectónica e iconografía fresca y animada.
En el Valle de los Artífices se sitúa la necrópolis de los constructores y decoradores de las tumbas reales de Tebas.
Como se puede imaginar por el trenecito de la imagen, el acceso al espacio donde se encuentran las tumbas se hace en este medio de transporte. Una vez allí con el ticket de entrada se puede acceder únicamente a 3 de ellas entre las que no se incluye la de Ramsés II, el Grande que requiere entrada aparte.
Estas son las tumbas que visitamos:
Tumba de Ramsés IX
La momia de este faraón de la XX dinastía, fue hallada en el escondrijo de Deir-el-Bahari en el año 1881 a donde había sido trasladada para protegerla de los saqueadores.
Su tumba, de dimensiones modestas si la comparamos con las de sus antecesores, contiene las escenas del Libro de la noche. El corredor de entrada es uno de los más grandes del Valle. Le siguen tres pasillos descendentes y una antecámara.
Aunque en la cámara sepulcral se talló un hueco de escasa profundidad para albergar el sarcófago exterior del faraón, éste no se ha encontrado en la tumba.
Detalle de la cámara sepulcralEn la cámara sepulcral, Ramsés IX aparece en la barca solar junto a varios dioses y también en forma de Osiris siendo revivido por Horus y otras divinidades protectoras.
Tumba de Ramsés III
La viveza de los colores de sus relieves, la originalidad de casi la totalidad de los motivos decorativos que exhibe y la belleza de las representaciones, han llevado a esta tumba a ser una de las joyas del Valle de los reyes.
Las paredes de la cámara sepulcral están decoradas con textos funerarios y las columnas con ofrendas a los dioses.
Como dato llamativo decir que la momia de Ramsés III fue encontrado en buen estado de conservación. Se calcula que el faraón tendría entre cincuenta a sesenta años y un rostro poco agraciado por decirlo de forma suave. Cómo sería de feo que sirvió de inspiración para hacer el modelo de La momia, para la película protagonizada por Boris Karloff.
Tumba de Ramsés I
Situada en el centro del Valle de los Reyes, la tumba de Ramsés I, al igual que sucediera con otras muchas de las proximidades, sufrió lo daños de las inundaciones que de vez en cuando asolaban la zona. Fue descubierta en 1817 y un corredor que desemboca en la cámara sepulcral donde se encuentra un sarcófago de granito recorre los 29 metros que ocupa.
El anciano faraón fallece antes de finalizar el recinto por lo que únicamente se pintó la cámara donde descansarían sus restos.
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