Tras Logroño, capital de La Rioja, Calahorra se ha convertido por méritos propios en la segunda ciudad en importancia dentro de la Comunidad Autónoma.
Está emplazada estratégicamente en el valle del río Ebro, en un cerro que domina las fértiles llanuras que la rodea ricas en producción agrícola y viñedos. Se sabe que fue cuna de un asentamiento celtíbero durante la Edad del Hierro. En el siglo II a. C fueron los romanos los que se establecieron en este territorio convirtiéndolo en el centro del control del estado romano sobre las regiones colindantes.
Su gran expansión tiene lugar en el siglo XIX con el desarrollo de la industria conservera que transforma la ciudad abriéndola a la modernidad y en continua evolución en el tiempo.
Su Semana Santa ha sido declarada de Interés Turístico Nacional.
Rincones interesantes:
Rollo jurisdicional La Moza
El rollo jurisdiccional o picota de época medieval fue construido en honor al fuero municipal concedido a Calahorra. Supone un símbolo de ciudad libre que indicaba la dependencia directa del Rey y no de un señor feudal, lo que le concedía algunos derechos como los de administrar justicia y ejecutar sentencia. Este monumento también fue lugar de castigo donde exponer a vergüenza pública a los malhechores.
Se le conoce popularmente como "La Moza" ya que una leyenda cuenta cómo las solteras de Calahorra, "las mozas", realizaban danzas alrededor del monumento para encontrar marido.
Otro relato recoge la historia de una joven alborotadora de la ciudad que fue convertida en columna de piedra a su paso por este punto del paseo como castigo por no modificar sus comportamientos.
Ayuntamiento de Calahorra
Plaza el Raso
A partir de siglo XVI, la Plaza de Raso se convierte en un importante y fundamental elemento para la urbanización de nuevos espacios en la ciudad. En este siglo se decide trasladar la Iglesia de Santiago que se encontraba ubicada junto a la muralla.
Siendo la plaza más importante de la ciudad, aquí se celebraban hace años las corridas de toros.
Iglesia de Santiago
Se trata de un edificio que combina el estilo claramente Barroco de sus inicios, en el siglo XVII, con el Neoclásico de la fachada de los pies, las capillas del crucero y la torre. Se trata del tempo de Calahorra más importante después de su Catedral.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento el 1 de julio de 1982.
Museo de la Romanización
En un exposición que ocupa tres plantas y cinco salas se muestran los restos arqueológicos más importantes de la época celtibérica y romana. La pieza más importante del museo y que se ha convertido en un símbolo de la ciudad es la Dama de Calahorra, encontrada en el Yacimiento de la Clínica.
Está situado en un palacete modernista de 1930, conocido popularmente como la Casa del Millonario.
Iglesia de San Francisco
Esta iglesia, tras su imponente fachada de estilo barroco, guarda 14 de los 19 Pasos de la Semana Santa calagurritana. Está gestionada por la Cofradía de la Santa Vera Cruz ya que en la actualidad se encuentra cerrada al culto.
El edificio formó parte del desaparecido convento de San Francisco que fue fundado en 1552. Está levantada en una de las zonas más altas del casco antiguo de Calahorra y que en tiempos del Imperio Romano y durante el medievo fue utilizado como defensa.
Catedral de Santa María Calahorra
La catedral se encuentra situada en la parte baja de la población, en el arrabal, a orillas del río Clicados y custodiada por el Palacio Episcopal y el paseo de las Bolas.
En este mismo lugar donde fue levantada, sufrieron martirio en torno al año 300 los patronos de la ciudad, San Emeterio y San Celedonio por negarse a adorar a los dioses paganos.
Comenzó siendo un Baptisterio que fue destruido por los musulmanes en el año 923 pero, tras la conquista de Calahorra en 1045 se restauró el edificio erigiéndose la primera catedral románica dedicada a Santa María y a los santos anteriormente mencionados.
Las primeras obras de la nueva catedral comenzaron en 1484 prolongándose durante dos siglos y medio razón por la que el edificio responde a varios estilos arquitectónicos.
Palacio Episcopal
Arco romano del Planillo de San Andrés
El Arco romano de Planino es una de las primeras entradas a Calahorra y forma parte del recinto amurallado con el que contó la antigua Calagurris allá por el siglo III d. C. Únicamente se conserva esta puerta ubicada en la parte oriental y que conducía a Zaragoza.
Se trata de un arco de medio punto de dovelas pétreas que en su parte superior acoge la talla de una virgen, algo muy típico en las entradas de las ciudades para protegerlas. Junto al arco se sitúa la iglesia de San Andrés.
Iglesia de San Andrés
Esta parroquia tiene su origen en el siglo VII con la llegada de San Prudencio a Calahorra para cristianizar. En el lugar que ocupa la edificación había una iglesia que fue destruida por los árabes en su asedio a la ciudad. Tras la posterior reconquista por el Rey García, el de Nájera, se reedifica el templo junto con el de la catedral.
Su portada, de arco apuntado, es Monumento Nacional.
Monasterio de San José
Este monasterio fue fundado en 1598 con el apoyo, entre otros, del Obispo de Calahorra y La Calzada, Pedro Manso de Zúñiga y el titular del Patronazgo, José González de Uzqueta. En él se instalaron las religiosas Descalzas de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y es conocido popularmente como el Convento de las Monjas Encerradas.
El templo responde al estilo del primer barroco carmelitano: severo, elegante y escueto y posee, entre otras, dos obras de incalculable valor:
- El relieve del Altar Mayor con pinturas madrileñas de la vida de Santa Teresa y de los santos Elías y Eliseo.
- El Cristo atado a la columna, de Gregorio Fernández, de estilo barroco.
Encima de la puerta de la entrada principal podemos ver una imagen labrada en piedra que representa a San José, del año 1649.
La única dependencia que se puede visitar actualmente del monasterio es su iglesia, consagrada en el año 1642.
Está habitado por monjas carmelitas que elaboran exquisitos dulces y pastas de repostería monástica.
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