Siguiendo por la ribera norte del Puerto, nos encontramos con la fortaleza de la Mola, la construcción militar más importante del archipiélago balear y uno de los rincones de interés que visitar en Mahón.
Fue construida por el ejército español entre los años 1850 y 1875, como defensa del puerto de Mahón ante las tensiones internacionales surgidas entre ingleses y franceses al cruzarse continuamente sus rutas mediterráneas.
La fortaleza nunca fue atacada y jamás entró en combate.
Los valores monumentales, naturales y paisajísticos que ofrece el recinto de La Mola, permiten disfrutar de diferentes lugares y monumentos históricos que ofrecen una visión muy completa de la historia del siglo XVIII, XIX y XX en la isla.
Puerta de la Reina
Una entrada en honor a Isabel II, es la zona más majestuosa y mejor defendida de la fortaleza.
El foso
El foso, con más de 1500 m lineales, rodea por el exterior todo el frente defensivo, y está protegido tanto por las aspilleras y casamatas de la propia fortaleza como por los fortines de los entrantes dos y cinco
La Mina
Un laberinto subterráneo donde se situaban los polvorines, almacenes y casamatas para defender la puerta de la reina
El Hornabeque
Es la primera línea de defensa contra un ataque terrestre, y donde se situaban las principales piezas artilleras de la fortaleza. Su enorme plaza de armas permite llevar a cabo actualmente conciertos y eventos multitudinarios.
El aljibe y las balsas de decantación
Durante el recorrido se pueden visitar los ingeniosos sistemas de recogida de agua que tenía la fortaleza, que se surtía de agua de lluvia recogida en balsas y aljibes, y de pozos.
Uno de sus mayores atractivos es el enclave natural en el que se construyó la fortaleza, declarado zona Especial para la Protección de Aves.
Las vistas panorámicas tampoco se quedan atrás. A lo largo de todos los espacios que ocupa el territorio de La Mola, se puede observar con detalle todo el Puerto de Mahón y la costa menorquina desde los miradores habilitados para ello.
Desde el Mirador Clot de la Mola se puede ver esta pequeña ensenada que permitía el fondeo de los barcos durante los siglos XVIII y XIX.
Desde este mirador es posible contemplar toda la bocana del Puerto de Mahón y gran parte de la ensenada así como el Castillo de San Felipe y el Lazareto
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