A 23 kilómetros de Ciutadella y 36 de Mahón, en la costa sur de Menorca, se encuentra esta playa que está catalogada como una de las más extensas y familiares de la isla.
Se la conoce también con el nombre de Cal Santa Galdana y comparte con las playas del sur la arena blanca y fina, abundante vegetación y sus aguas cristalinas.
Con una longitud de unos 300 metros y su característica forma de concha, dispone de una gran zona para el baño al tiempo que, la salida natural del barranco de Algendar en la playa la ha convertido en un puerto para embarcaciones de poco calado. Esta parte en concreto es conocida como el río de Cala Galdana.
Pero si lo que buscas es tranquilidad, quizás no sea esta la mejor opción y prefieras dar un paseo por el Camin de Cavalls hasta otra bonita cala: Cala Mitjana.
Ruta desde Cala Galdana hasta Cala Mitjana
La ruta transcurre en su mayor parte por una zona boscosa en la que predominan los pinos, acebuches y, en las zonas más protegidas, las encinas que coinciden en su parte más baja con tres barrancos: Trebalúger, Albranca y Binigaus.
Iniciamos la caminata en el Carrer de la Ermita donde conseguimos estacionar el vehículo, tarea que en temporada alta fue más que complicado. Nos dirigimos hacia cala Galdana atravesando la urbanización en el extremo de levante y, enseguida nos introducimos en el Camín des Cavalls.
Por la Avinguda de Sa Punta, una pequeña calle nos llevará hasta el Mirador de Sa Punta Cala Galdana desde el que podemos contemplar una espectacular panorámica de la Cala.
Tras cruzar la carretera, nos introducimos en el Carrer del Camino de Cavalls y sin abandonar el mismo nos encontraremos, en primer lugar, con Cala Mitjaneta de menor tamaño y más protegida del viento que su hermana mayor, Cala Mitjana. Se trata de una playa con muy poca arena y una zona rocosa donde poder estirar la toalla. Desde uno de sus laterales se puede ver la cueva de Cala Mitjana.
Continuamos rumbo a Cala Mitjana que se halla ta solo unos metros más allá. Nos sorprenderá el color azul turquesa de sus aguas y la gran cantidad de arena blanca y fina que, según la época del año, puede tener restos de posidonia. Esta playa es la salida natural del barranco que lleva su mismo nombre y está protegida por acantilados calcáreos que alcanzan mayor tamaño en el lado oeste.
Regresamos al punto de partida atravesando en ligera subida la zona boscosa que nos lleva hasta el parking de Cala Mitjana por una zona donde aún quedan vestigios de la antigua actividad forestal que se desarrollaba en la misma. Podremos ver los restos de hornos de cal, silos y cabañas de ganado.
Puesto que no es aquí donde se encuentra nuestro vehículo debemos continuar hasta Cala Galdana y desandar el camino recorrido.
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