Situado en la comarca de la Axarquía, rodeado por colinas y atravesado por un riachuelo que lleva su nombre, nos espera Sayalonga, un pueblo blanco de claro origen árabe. El nombre del pueblo significa "túnica larga" y sus empinadas y estrechas calles nos llevarán a través de las encaladas casas de balcones enrejados y decorados con bonitas flores a través de un conservado casco antiguo.
Datos de interés
Poblado desde la Prehistoria, civilizaciones como la musulmana o los romanos pasaron por aquí dejando su impronta en el municipio.
Fueron los romanos quienes aprovechando unas terrazas junto al río empezaron a cultivar productos de la tierra.
La civilización que más huella ha dejado en Sayalonga es la árabe cuyo vestigio más representativo es el Ventorrillo del Aljibe con capacidad para almacenar más de 90.000 litros.
Al oeste de la villa se encuentra el cerro de la Rábita de Sayalonga y muy cerca el asentamiento de Batahis que actualmente está despoblado. La Rábica era un santuario habitado por monjes guerreros a partir del siglo XI desde donde defendían la comarca.
Ya en época cristiana, el monumento más importante de Sayalonga es el cementerio redondo, único en su estilo en España y de gran valor arquitectónico.
Rincones imperdibles
Iglesia de Santa Catalina
La calle principal que atraviesa Salayonga nos lleva hasta esta iglesia mudéjar. Fue levantada en el siglo XVI sobre una antigua mezquita cuyo alminar se ha transformado en la torre actual.
Por su valor escultórico destaca la talla de la Virgen del Rosario que data del siglo XVIII y pertenece a la escuela granadina de escultura.
Exenta al edificio se halla una pequeña capilla dedicada a San Antón con una talla del santo en madera policromada del siglo XVII.
Ermita de San Cayetano
Esta pequeña ermita se encuentra junto a las escaleras que llevan a la Iglesia de Santa Catalina. No se sabe con exactitud la fecha de su construcción aunque se sospecha que pudo haber sido en el siglo XVI cuando cristianismo e islam convivían en armonía por la zona.
En su interior se custodia la imagen de San Cayetano del siglo XVIII y de gran valor escultórico.
Quizás es bastante inusual encontrar como punto de interés de una localidad el cementerio de la zona pero no sucede así en Salayonga. Esta población cuenta con el único cementerio redondo u octogonal, para ser más exactos, de España. tanto es así que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de la Axarquía.
El cementerio pertenece a la primera mitad del siglo XIX y surge siguiendo las directrices de una ley aprobada durante el reinado de Carlos III según la cual los camposantos debían estar fuera de los núcleos de población por motivos de higiene.
Tres son las hipótesis que circulan en torno al porqué de su peculiar forma circular. La primera de las teorías expone que el cementerio trató de adaptarse al espacio del que disponía. Otra explicación es que trató de seguir la misma traza que su predecesor instalado en el patio de la Iglesia de Santa Catalina; y, por último, para evitar que los difuntos se dieran la espalda entre sí.
Justo a la entrada se encuentra el Centro de Interpretación del Cementerio Redondo de Sayalonga donde se explica su origen y qué se puede encontrar en él.
En una de las tantas callejuelas que recorremos por el casco antiguo, junto a la entrada a la iglesia, nos encontramos con el Callejón de la Alcuza, uno de los ejemplos más representativos del pasado árabe de Salayonga.
Con tramo de tan solo 56 centímetros de ancho, es el callejón más estrecho de la comarca. Para darle un aspecto más acorde con sus orígenes, han reformado el firme con piedras vistas recientemente.
A las afueras de Salayonga en dirección a Cómpeta encontramos este Mirador del 2002 que ofrece unas espléndidas vistas de los pueblos y montes de la zona así como al Cementerio Redondo y la Iglesia Santa Catalina.
Fuente del Cid
Repartidas por todo el casco urbano nos encontramos con bastantes fuentes entre las que destaca la fuente del Cid por tener mayor valor histórico ya que está considerada como la más antigua del pueblo. La encontraos bajando por la Avenida alcalde Miguel del Pilar Cabello.
Sirvió para abastecer al pueblo durante la época árabe. Estos hacían cola día y noche para coger el agua que tenía fama de ser muy saludable. Los hay que hoy en día siguen manteniendo la costumbre y únicamente beben agua de esta fuente.
Cuenta la leyenda que el mismo Cid Campeador se paró a beber agua de esta fuente en una de sus incursiones por la zona y que al apoyarse sobre ella dejó estampada en su frontal la huella de su mano.
La fuente se encuentra rodeada de varios olivos de los cuales se extrae el aceite para quemar las velas de Nuestra Señora del Rosario el día de su onomástica, el 7 de octubre.
Para comer
La gastronomía de Sayalonga cuenta con la ventaja de utilizar mayormente los productos locales que la tierra y el mar le proporciona. Gracias a ellos podremos degustar platos como:
Las migas con arenques asados.
Las tortillas de Semana Santa empapadas en miel de caña
Las tortas rellenas de bacalao.
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